Como consecuencia de la evolución de la Administración y de la creciente importancia que estaban cobrando las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en la Administración y en la sociedad en general, surge en 1992 la idea de crear un Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información.
Se captó una promoción importante de profesionales para colaborar en la informatización de la Administración y el desarrollo de sistemas de información. Las expectativas eran extraordinarias, pues iba a ser el cuerpo más directivo de todos los cuerpos directivos. Sin embargo, estas expectativas quedaron reducidas al asignarse unos puestos de entrada muy humildes (niveles 22 y 24). A pesar de todo, desde el principio se ha trabajado mucho tanto individualmente como a nivel corporativo, mejorando la posición de los cuerpos TIC en el conjunto de la Administración. Destacan importantes logros como que los puestos de entrada tengan actualmente como mínimo un nivel 26. Incluso a veces se ofertan para los recién ingresados niveles 27.
El objetivo que se persigue es el de modernizar la Administración, entendiendo por modernización la adaptación a un entorno cambiante. Es decir, la adaptación a las nuevas demandas sociales mediante una reforma organizativa y cultural en la prestación de los servicios públicos. Para conseguir esto, en primer lugar, hay que introducir las nuevas tecnologías en la Administración Pública y, en segundo lugar, basar toda estrategia de modernización en la creación de unas normas precisas que rijan la conducta organizativa. Todo esto desemboca en lo que puede denominarse Administración electrónica o e-Administración. Ésta puede ayudar al sector público a enfrentarse a las contradictorias exigencias de ofrecer más y mejores servicios con menos recursos.
Un paso importante en este proceso de modernización ha sido la utilización de Internet como canal de comunicación, que ha supuesto un gran salto en el nivel de servicio y la calidad que encuentra el ciudadano en su relación con la Administración. También ha permitido la exposición pública de los servicios que proporciona cada organismo, provocando la competencia entre Administraciones, algo positivo en sí mismo. No cabe duda de que el Gobierno tiene verdadero interés en el desarrollo de las TIC y la Sociedad de la Información (SI). Prueba de esto es que la Administración española invierte cada vez más en TIC. Esta inversión se vio duplicada en diez años, desde la creación de los cuerpos TIC, pasando del 1,9% al 4% de los Presupuestos Generales del Estado.
De cara al futuro, se prevé un incremento del número de funcionarios TIC para afrontar un trabajo cada vez mayor en el ámbito de la e-Administración. Serán necesarios muchos más recursos humanos, no para realizar las tareas repetitivas que pueden realizar las máquinas, pero sí para mantener, gestionar y actualizar los sistemas y para realizar y ajustar los servicios. Además, las organizaciones que no potencien sus directivos TIC se quedarán descolgadas en el desarrollo de la SI y seguirán invirtiendo en tecnología de forma inconexa y con falta de estrategia.
Es evidente que el cambio estará forzado por un progresivo aumento del nivel de exigencia de ciudadanos y empresas para que las distintas Administraciones (central, autonómica y local) se coordinen y proporcionen servicios integrales, cómodos, rápidos y baratos, independientemente de quien tenga las competencias.
Se captó una promoción importante de profesionales para colaborar en la informatización de la Administración y el desarrollo de sistemas de información. Las expectativas eran extraordinarias, pues iba a ser el cuerpo más directivo de todos los cuerpos directivos. Sin embargo, estas expectativas quedaron reducidas al asignarse unos puestos de entrada muy humildes (niveles 22 y 24). A pesar de todo, desde el principio se ha trabajado mucho tanto individualmente como a nivel corporativo, mejorando la posición de los cuerpos TIC en el conjunto de la Administración. Destacan importantes logros como que los puestos de entrada tengan actualmente como mínimo un nivel 26. Incluso a veces se ofertan para los recién ingresados niveles 27.
El objetivo que se persigue es el de modernizar la Administración, entendiendo por modernización la adaptación a un entorno cambiante. Es decir, la adaptación a las nuevas demandas sociales mediante una reforma organizativa y cultural en la prestación de los servicios públicos. Para conseguir esto, en primer lugar, hay que introducir las nuevas tecnologías en la Administración Pública y, en segundo lugar, basar toda estrategia de modernización en la creación de unas normas precisas que rijan la conducta organizativa. Todo esto desemboca en lo que puede denominarse Administración electrónica o e-Administración. Ésta puede ayudar al sector público a enfrentarse a las contradictorias exigencias de ofrecer más y mejores servicios con menos recursos.
Un paso importante en este proceso de modernización ha sido la utilización de Internet como canal de comunicación, que ha supuesto un gran salto en el nivel de servicio y la calidad que encuentra el ciudadano en su relación con la Administración. También ha permitido la exposición pública de los servicios que proporciona cada organismo, provocando la competencia entre Administraciones, algo positivo en sí mismo. No cabe duda de que el Gobierno tiene verdadero interés en el desarrollo de las TIC y la Sociedad de la Información (SI). Prueba de esto es que la Administración española invierte cada vez más en TIC. Esta inversión se vio duplicada en diez años, desde la creación de los cuerpos TIC, pasando del 1,9% al 4% de los Presupuestos Generales del Estado.
De cara al futuro, se prevé un incremento del número de funcionarios TIC para afrontar un trabajo cada vez mayor en el ámbito de la e-Administración. Serán necesarios muchos más recursos humanos, no para realizar las tareas repetitivas que pueden realizar las máquinas, pero sí para mantener, gestionar y actualizar los sistemas y para realizar y ajustar los servicios. Además, las organizaciones que no potencien sus directivos TIC se quedarán descolgadas en el desarrollo de la SI y seguirán invirtiendo en tecnología de forma inconexa y con falta de estrategia.
Es evidente que el cambio estará forzado por un progresivo aumento del nivel de exigencia de ciudadanos y empresas para que las distintas Administraciones (central, autonómica y local) se coordinen y proporcionen servicios integrales, cómodos, rápidos y baratos, independientemente de quien tenga las competencias.
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