Artículos sobre la Administración de Recursos Humanos

Hacia un Sistema Integrador y Moderno de Relaciones Laborales

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Mientras que en muchos discursos se sostiene implícitamente que el buen empleo es el que responde a estas características, la realidad muestra nuevos esquemas de inserción laboral atípicos desde la perspectiva tradicional: inestables, en el sector terciario, a tiempo parcial, heterogéneos.
Se trata de una tendencia irreversible asociada a modificarse en la demanda (cambios en los procesos productivos y patrones de consumo, globalización de los mercados) y en la oferta de trabajo (incorporación de la mujer, extensión de la cobertura del sistema educativo y la seguridad social).
El gran desafío que plantea esta transición y que es fuente de controversia internacional, es adecuar las instituciones laborales a los fines de mantener y potenciar los objetivos protectores que justificaron el desarrollo del Derecho Laboral como un campo específico y autónomo dentro del Derecho.
Hay que identificar el motivo de este replanteo en el hecho de que han cambiado, de manera significativa, las características del objeto sujeto a regulación: el trabajo. La falta de reflejos frente a estos fenómenos plantea el riesgo de transformar los viejos objetivos del Derecho Laboral en meros enunciados pero con escaso contenido práctico.

Un proceso sin retorno
En la Argentina, los impactos del nuevo modelo de organización económica sobre el mercado de trabajo son profundos y seguramente duraderos, porque no responden a factores coyunturales sino estructurales. En consecuencia, han desaparecido los tradicionales mecanismos de ajuste en el mercado de trabajo.
Por un lado, la inflación alta y oscilante en una economía cerrada y con negociación colectiva predominantemente centralizada flexibilizando los costos laborales reales. Es decir, que la estabilidad desarticuló la principal vía de flexibilidad que tenía el mercado de trabajo.

Reforma laboral parcial
Existe una situación de altos contrastes. Convienen instituciones renovadas y modernas con regulaciones antiguas y obsoletas. Se trata de un estado de transición del que se derivan efectos no deseados y que marca la relevancia de recorrer la otra mitad del camino.

Marco regulatorio desintegrado y complejo
Por su concepción de diseño original y por los múltiples cambios introducidos en los últimos años las relaciones laborales se encuentran reguladas por un conjunto desintegrado y extremadamente complejo de normas, con amplios espacios para las superposiciones, ambigüedades, contradicciones y procedimientos burocráticos.

Baja capacidad de gestión en el Estado
A pesar de las reformas y los procesos de fortalecimiento, el Estado se sigue caracterizando por su baja capacidad de gestión. Limitaciones de infraestructura, procedimientos ineficientes, prácticas clientelísticas y carencia de motivación y capacitación en el personal constituyen problemas recurrentes.

Baja capacidad de gestión en el sector privado Elevada prevaricación
La unidad económica paradigmática entro de la estructura productiva argentina es una empresa de 50 empleados aproximadamente, es decir, con escala insuficiente como para justificar el desarrollo interno de toda la infraestructura administrativa necesaria para administrar sus recursos humanos.
La capacidad de gestión de las empresas es manifiestamente insuficiente frente a la complejidad de las normas y la burocratización de los procedimientos.

Elevada precarización
El mercado de trabajo argentino presenta profundas segmentaciones. La principal se da entre el empleo formal y las contrataciones de desarrolladas incumpliendo la normativa. Contrariamente a lo que se suele argumentar, la flexibilidad de hecho no es una solución al problema de las rigideces laborales sino que forma parte del problema. Los riesgos y perjuicios que asume una empresa que contrata en negro son muy significativos de manera que sus consecuencias son menos empleos y de peor calidad.
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